El amor es el descubrimiento más grande e innegable de la humanidad. Patentado por el sello particular de los pocos afortunados que han tenido la gloria de vivirlo en todo su esplendor y su expresión. El amor es el milagro más hermoso del universo entero, es una extensión de Dios, es su forma magistral y divina de decirnos con letras grandes que somos parte de EL... El amor es perfectamente complicado, glorioso, transferible, tan frágil y tan fuerte a la vez, infinito, constante, indescifrable también. Como la sensación cálida e inconfundible de regresar al hogar, como abrir una ventana y descubrir horizontes nuevos, como la brisa del mar besándote la frente, como un regalo sorpresa en un dia cualquiera, como una promesa concreta en el misterio dulce y reconfortante en los ojos del recién nacido, como escuchar las campanas repicar, como estar de fiesta permanente en lo más profundo de tu corazón. Como una canción sin estrenar,como alcanzar la cima de una montaña sin aliento respirando solo emoción, como el primer beso...
Es el amor quien rige al mundo y gobierna a toda una nación y el corazón de los hombres por igual, en diferentes escalas, diferentes objetivos, canalizado en inimaginables circunstancias aplicado para bien o para mal. Con la valentía y la humildad necesaria para reconocerlo y dejarlo entrar, para aferrarse a el y vivirlo desde adentro o para perderlo con dignidad...
El amor son todos los motivos y todas las razones para levantarse en armar y crear un caos inverosímil e irracional, pero es también la causa poderosa para buscar incansablemente la paz. El amor es un idioma universal, son los silencios más profundos en donde es posible escuchar los sonidos y las palabras más hermosas. Es ausente de color y es al mismo tiempo, el origen de los colores más bellos sobre la tierra. Es fe y es esperanza, es un canto a la vida, es poesía en su más pura y gentil perfección. El amor mueve montañas, divide océanos y es capaz de unirlos otra vez. Construye entre las ruinas, renace desde las cenizas, perdona lo imperdonable y rescata lo que se ha perdido. El amor no es una meta, no es el objetivo final ni el trofeo que puedes simplemente solo ganar. El amor es actitud, es la forma de vivir la vida a conciencia y a plenitud, es tu esencia, lo que te identifica, tu bandera personal y el amor está en dónde tiene que estar.
Porque el amor nunca se pierde, aún si se le entrega a la persona equivocada incapaz de sostenerlo bajo cualquier situación, circunstancia o en aras de razones incomprensibles que puedan ser. Y puede ser rechazado, negado, ofendido, lastimado, censurado, humillado, abatido y combatido sin tregua ni piedad. Sin embargo y de alguna forma, el amor nunca se pierde... solo cumple su misión ancestral y cuando no es correspondido ni aceptado se disuelve con divina humildad en los confines del aire para quien lo encuentre y tenga esa urgencia maravillosa de respirar. Como un oasis en medio de la tempestad, como unos brazos abiertos esperando sin cansarse verte regresar, como un faro constante en medio de la nada, como un barco en alta mar. Como un tren a destiempo que espera paciente ser abordado, cuando estás seguro y cierto que no queda un boleto más...
Razonándolo como el milagro más grande del mundo, el amor llega a donde tiene que llegar. Si es bien venido se queda para siempre y se expande, se difunde, se incrementa en toda su belleza, grandeza y esplendor y sin fecha de caducidad ni alteraciones nocivas se transfiere por generaciones completas por una eternidad, como fuente inagotable de alegrías y bendiciones , traducido a buena suerte, buena fortuna, buena estrella... bendito amor.
SENDY SÁMANO
Es el amor quien rige al mundo y gobierna a toda una nación y el corazón de los hombres por igual, en diferentes escalas, diferentes objetivos, canalizado en inimaginables circunstancias aplicado para bien o para mal. Con la valentía y la humildad necesaria para reconocerlo y dejarlo entrar, para aferrarse a el y vivirlo desde adentro o para perderlo con dignidad...
El amor son todos los motivos y todas las razones para levantarse en armar y crear un caos inverosímil e irracional, pero es también la causa poderosa para buscar incansablemente la paz. El amor es un idioma universal, son los silencios más profundos en donde es posible escuchar los sonidos y las palabras más hermosas. Es ausente de color y es al mismo tiempo, el origen de los colores más bellos sobre la tierra. Es fe y es esperanza, es un canto a la vida, es poesía en su más pura y gentil perfección. El amor mueve montañas, divide océanos y es capaz de unirlos otra vez. Construye entre las ruinas, renace desde las cenizas, perdona lo imperdonable y rescata lo que se ha perdido. El amor no es una meta, no es el objetivo final ni el trofeo que puedes simplemente solo ganar. El amor es actitud, es la forma de vivir la vida a conciencia y a plenitud, es tu esencia, lo que te identifica, tu bandera personal y el amor está en dónde tiene que estar.
Porque el amor nunca se pierde, aún si se le entrega a la persona equivocada incapaz de sostenerlo bajo cualquier situación, circunstancia o en aras de razones incomprensibles que puedan ser. Y puede ser rechazado, negado, ofendido, lastimado, censurado, humillado, abatido y combatido sin tregua ni piedad. Sin embargo y de alguna forma, el amor nunca se pierde... solo cumple su misión ancestral y cuando no es correspondido ni aceptado se disuelve con divina humildad en los confines del aire para quien lo encuentre y tenga esa urgencia maravillosa de respirar. Como un oasis en medio de la tempestad, como unos brazos abiertos esperando sin cansarse verte regresar, como un faro constante en medio de la nada, como un barco en alta mar. Como un tren a destiempo que espera paciente ser abordado, cuando estás seguro y cierto que no queda un boleto más...
Razonándolo como el milagro más grande del mundo, el amor llega a donde tiene que llegar. Si es bien venido se queda para siempre y se expande, se difunde, se incrementa en toda su belleza, grandeza y esplendor y sin fecha de caducidad ni alteraciones nocivas se transfiere por generaciones completas por una eternidad, como fuente inagotable de alegrías y bendiciones , traducido a buena suerte, buena fortuna, buena estrella... bendito amor.
SENDY SÁMANO